¿Alguna vez has pensado en comprarte un coche rojo… y, de pronto, empiezas a ver coches rojos por todas partes? ¿O aprendes una palabra nueva y de pronto la escuchas en todos lados? ¿O estás empezando a plantearte la idea de un embarazo… y pareciera que hay más embarazadas de lo normal?
No es casualidad. Es tu sistema de activación reticular trabajando.
Una red neuronal que vive dentro de tu cerebro y que, aunque pocas veces le prestamos atención, filtra y organiza lo que percibimos como “real”.
¿Qué es el sistema de activación reticular?
El Sistema de Activación Reticular (SAR) es un conjunto de neuronas situado en el tronco encefálico. Su función principal es regular la atención y el nivel de consciencia, decidiendo qué estímulos llegan a la parte consciente de tu mente.
Recibimos millones de estímulos por segundo (se estima que más de 11 millones de bits de información sensorial), pero solo podemos procesar conscientemente unos 40.
El SAR funciona como un portero: deja pasar lo que considera importante y descarta el resto.
Es decir: no ves todo lo que hay, ves lo que tu cerebro cree que es relevante para ti.
¿Y cómo decide qué es importante?
El SAR se activa en función de tres elementos:
- Tus pensamientos repetitivos
- Tus emociones dominantes
- Tus objetivos (conscientes o inconscientes)
Por eso, cuando te obsesionas con algo —un problema, una oportunidad, un deseo—, tu mente empieza a ver eso por todas partes.
No es que el mundo haya cambiado: es que tu atención se ha recalibrado.
Lo que dice la ciencia
- Un estudio de The Journal of Neuroscience (2010) mostró que el SAR mejora la percepción visual cuando la atención está dirigida a un objetivo claro.
- La Universidad de Harvard demostró que el entrenamiento atencional —por ejemplo, con mindfulness— mejora la actividad del SAR, generando más enfoque y menor reactividad emocional.
- Psicólogos como Daniel Goleman (autor de Focus) han señalado que este sistema es clave en la gestión de la atención, la motivación y el logro de metas.
Una historia cotidiana
Martina tenía un negocio de productos naturales, pero sentía que no despegaba. Comenzó a decirse que no era buena para vender, que el mercado estaba saturado. ¿Qué crees que empezó a notar? Clientes que no compraban. Competidores creciendo. Publicaciones que confirmaban su miedo.
Un día decidió cambiar la historia. Empezó a escribir afirmaciones diarias y a visualizar su negocio funcionando. ¿Qué cambió?
Su SAR empezó a enfocarse en oportunidades: ferias locales, colaboraciones, comentarios positivos.
La realidad no cambió de un día para otro. Pero ella sí. Y eso lo cambió todo.
Cómo entrenar tu sistema de activación reticular
- Clarifica tu objetivo
Dilo en voz alta, escríbelo cada día. Cuanto más concreto, mejor. - Visualízalo como si ya fuera real
Esto entrena tu SAR para detectar oportunidades alineadas con esa imagen. - Cuida tu lenguaje interno
Lo que te repites a diario, tu cerebro lo convierte en prioridad. - Practica gratitud
Focalizarte en lo que sí hay, activa patrones de abundancia y bienestar. - Selecciona tu entorno
Personas, redes sociales, espacios… todo influye en qué atención se entrena.
El ciclo atención → creencia → realidad
El SAR no solo filtra lo que ves: refuerza lo que crees.
Si crees que no hay oportunidades, difícilmente las detectes.
Si confías en tu visión, tu atención buscará pruebas que lo confirmen.
Por eso entrenar tu atención no es un acto menor: es una práctica de poder personal.
Y si lo trasladamos al mundo emprendedor, el paralelismo es evidente. En los programas que facilito, suelo decir que el propósito funciona como un filtro interno. Es lo que permite que el emprendedor se sitúe frente a una situación —una decisión difícil, una oportunidad tentadora, un momento de duda— y elija con claridad.
El propósito es, en definitiva, lo que afina el foco. El emprendedor que tiene claro hacia dónde va, entrena su atención para detectar lo que le sirve… y dejar pasar el resto.
👉 Si te estás preguntando por qué ves lo que ves (y cómo cambiarlo), esta lectura te va a abrir los ojos: ¿Y si tu realidad dependiera de dónde pones tu atención?
RESUMEN Y CONCLUSIÓN
Tu atención no es pasiva, es una fuerza activa que selecciona, interpreta y crea.
El sistema de activación reticular no decide por ti, pero responde a lo que tú decides priorizar.
Si siembras miedo, encontrará peligros.
Si siembras propósito, encontrará caminos.
Y tú, ¿en qué estás entrenando tu atención hoy?
Bibliografía:
Herramientas integradas en el programa Eres un Imán para el Dinero de Maïté Issa